No sé lo que estoy haciendo
mi lucha interna con la inseguridad y la comparación con otras creadoras.
Salí de la librería llorando, con la mirada triste y el corazón arrugadito, juro que sentía como si me hubieran quitado algo que ya sentía mío.
Era una niña. A veces, era difícil estar tranquila, porque no siempre se puede.
“En otro momento, cuando pueda. Te lo prometo”.
Y mi mamá cumplía. Siempre cumplía.
Siempre he amado leer. Pero eso no significa que siempre haya tenido un hábito lector perfecto.
peeeeeeroo siempre me he imaginado rodeada de libros hermosos, de diferentes colores, con tapas que brillan y ediciones especiales con páginas que huelen a un paraíso aún por descubrir.
Leer es un pasaje a cualquier lugar. Puede ser la cosa más extraordinaria del mundo o la mayor cagada si el libro me aburre.
Pero el verdadero problema para mí, viene después.
Contar lo que leí.
Siempre me ha costado. Siempre me he escondido en lo que no sé.
Consumo a muchas youtubers que explican increíble, con palabras adictivas que te envuelven. Y por mucho tiempo creí que tenía que hacerlo como ellas.
Me llevó un rato entender que no.
Que tengo que explicarlo como yo. Como Ray.
Y eso puede salir bien o mal. Pero si no empiezo, si no lo intento, va a ser imposible ser extraordinaria.
¿Cómo rompo esa barrera?
Haciendo sin saber.
Porque hay un fuego en mí que quiere compartir lo que siento cuando leo.
Porque quiero conectar con quienes están por ahí, encontrándose en las páginas como yo.
Así que ya está. Basta de esperar.
Aquí hago sin saber, para aprender. Para descubrir. Para crecer.
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Porque si no es para intentarlo ¿pa’ qué vivimos?
con amor,
ray.