¡No tengo ni idea de qué es lo que estoy haciendo!
ESTO ES REAL
A mí me rompieron el corazón hace muchos años, o eso es lo que mi ego dice y pase +5 años llorando algo que siempre soñé, pero nunca existió.
En todo ese tiempo la poesía me encontró y yo la dejé hacer de mí lo que quisiera, en ese dejarla ser nació mi blog que ahora está abandonado, pero vuelvo a el cada tanto es busca de mí.
Después del blog, comencé a publicar fragmentos de mis escritos por Instagram e impresionantemente elegí entregar mi alma de la forma más genuina que podía, real, me tropezaba con compañeros en la universidad que me debatían lo que escribía y eso me dijo: ¡Lo que haces genera algo! Yo no sabía si estaba bien o mal, generaba algo.
Me fui de Venezuela —pasaron mil cosas en el medio que no importan ahora—.
Llego a Argentina y no paro de escribir. Trabajaba como cajera en un chino y todos los tickets que no se llevaban o me tiraban eran mis lienzos y mis libretas, de hecho recuerdo que un día Juan (El jefe chino) me dijo ‘‘Dejá de estar escribiendo porque parece que no quieres trabajar’’ y desde ese momento me vigilaba mucho y no pude escribir más en los momentos libres.
Todo lo que surgió de allí aún lo tengo (si mal no recuerdo) en algún lugar de este monoambiente lleno de sahumerio y amor de gato gris.
Cuando llegó la pandemia (no hace falta decir la revolución que fue) dije ‘‘Es ahora, voy a escirbir mi libro’’
Y nunca estuve tan segura de algo como en ese momento, de lo que quería que fuera. Yo sólo quería vomitar todo lo que me atravesó durante tanto tiempo, el dolor que me quemaba y todas las heridas de las que tuve que cuidarme yo, sola, sin compañía, en silencio, presa de mí y de todo lo idealizado.
Así de dramático como suena, así lo viví.
En 2021 salé La Batalla de Ella que irónicamente es el baúl de todo lo vivido en una historia de ‘‘amor’’ y fue editado por mi último amor ¡Wow! Jamás pensé que contaría esto, pero sí, igual él no está acá, así que no pasa nada.
Este año se cumplen 3 años desde que este poemario llego a mis manos y a las de muchas personas que me acompañaron durante todo el proceso, y se siente ajeno.
¡Sí, ajeno!
Ya no es mío, porque ya no me identifico, pero no tengo dudas de su poder y de toda la carga y amor que guarda dentro, pero Ella ya no es esa y ¿Por qué no darle una pizca de vida a algo que me mantuvo muerta tanto tiempo?



¡ESTOY MUY FELIZ DE COMENZAR A INTERVENIRLO!
Este poemario lo sortearé entre las personas que conecten durante este proceso, el nivel de poder, energía y amor que llegará a sus manos prometo no será algo normal ni fácil de contar.
Yo quiero que acá tú que me lees de cerquita y me acompañas elijas un número del 3 al 60 para pintar e iré compartiendo el proceso en redes con una dedicatoria especial. Al final, esto será una construcción colectiva de amor.
Resignificar es sin duda de las herramientas más poderosas que tenemos y si es con pintura ¿Por qué no llevarla a lugares inimaginables?
La aventura comienza…
Con amor,
Ray.💖
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